+ ¿Te
acuerdas de aquellos incómodos pupitres? ¿Y de aquellas sillas en las que
tenías que permanecer horas y horas sentada, mirando al frente?
- Parece
mentira que pensáramos que aquella forma de distribuir el aula fuera la más
correcta. ¿Dónde queda la interacción? ¿Dónde queda el contacto humano? ¿Dónde queda
mirar a los ojos a los/as demás? Los grupos de trabajo interactivo han
terminado por fin con aquella forma de entender las relaciones humanas. Las
mesas redondas han supuesto un antes y un después, sin duda.
+ Y ¿Qué
me dices de las clases magistrales? Como si el alumnado no tuviera nada que
aportar, no supiera nada, no conociera nada…
- Sí,
recuerdo lo tedioso que resultaba ser meros receptores de contenidos. Desde
luego la apuesta por el dialogo, la participación y la construcción de
conocimientos entre todos/as ha transformado la forma de entender la acción
educativa. Asimismo, creo que permitir el debate en el aula no sólo enriquece el
saber grupal, sino que previene la aparición de conflictos, o en todo caso la
resolución de los mismos pacíficamente.
Por
otro lado, resulta gratificante la puesta en auge del aprendizaje
significativo, puesto que permite al alumnado conectar los nuevos contenidos
con los ya adquiridos e ir construyendo su propio conocimiento.
+ Además,
no podemos olvidarnos de las salidas y la utilización de nuevos espacios.
- Cierto.
El aprovechamiento del contexto, esto es, de los espacios de los que participa
la comunidad ha sido muy positivo. Esto ha posibilitado el conocimiento del
entorno y la materialización de algunas asignaturas. Resulta interesante
experimentar ciertos procesos naturales que encontramos a nuestro alrededor en
vez de leerlos en un libro. La participación en otras entidades culturales también
parece estar favoreciendo el aprendizaje de vivir juntos. Además, las salidas siempre
fomentan la educación para la convivencia e implican a un mayor número de
agentes educativos.
+ Y la
utilización de las infraestructuras escolares fuera del horario de clases… ¿Qué
te parece?
- Sí,
es cierto, se me olvidaba. Que el centro esté abierto a la participación de la
comunidad fuera del horario oficial resulta positivo, ya que parece contribuir
al despertar de la curiosidad y del aprender por el placer de aprender. ¿Cómo
se podía tener antes tantos recursos inutilizados?
+ La
participación de las familias dentro de la clase ha resultado satisfactoria
¿No?
- Desde
luego. Creo que fomenta la implicación de estas en la educación de sus hijos/as,
así como se pone en valor la inteligencia cultural y la diversidad. La
convivencia se hace más sencilla cuando se otorga voz a todos los miembros que
componen la comunidad educativa. Los grupos interactivos parecen estar dando
buenos resultados, sí, la acción directa de las familias en el aula me parece
positiva, tanto en el rendimiento escolar del alumnado como en el
establecimiento de vínculos entre los agentes de socialización.
+ ¿Qué
me dices de los libros?, a punto estuvieron de desaparecer. Al final parece que
la complementación de recursos ha sido una opción acertada.
- Los
libros son un tesoro, por ello creo que las nuevas tecnologías no deberían
sustituirlos por completo. Sin embargo, creo que ha sido muy acertada la
creación de “bancos de libros”, ya que así podemos compartirlos y además
resulta en un gasto menor de papel, con lo que se contribuye a la conservación
del medio ambiente.
+ Al
hilo de esto ¿Te acuerdas de la dificultad que tenían algunos/as profesores/as
a la hora de manejar las nuevas tecnologías?
- ¿Qué
si me acuerdo? Como para no. Algunos/as ni siquiera las utilizaban, y ya en
aquellos años estaban a la orden del día. La actualización del profesorado ha
sido clave en este proceso de avance hacia las TICs. Los nuevos recursos informáticos
han sido positivos, eso sí, utilizados como un medio para el conocimiento y no
como un objetivo en sí mismo. El uso que se hace de las nuevas tecnologías
marca la diferencia entre una buena y una mala aplicación de las mismas.
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