Educación Prohibida

¡No somos máquinas!

Antes de nada hacer una mención al origen de los sistemas educativos, que se remonta a la revolución industrial. En este contexto la educación se presenta como un instrumento de control social, una herramienta clave para la creación de súbditos obedientes, de trabajadores entrenados para soportar duras jornadas laborales en las fábricas. Quizás, como educadores y educadoras, tendríamos que preguntarnos si aún se conserva en nuestras aulas parte de esta herencia.

Una de las grandes críticas reflejadas en el documental se centra en los programas estándar que se imparten en las aulas, basados en la transmisión de unos contenidos considerados útiles por la administración. Se trata de una educación bancaria (Freire), donde los educandos adquieren un papel pasivo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, limitando su acción a la adquisición de una serie de conocimientos dados por el educador. Podríamos decir a su vez, que se trata de un enfoque mecanicista del desarrollo humano en el que la mente es concebida como una tabla rasa (Locke) moldeada únicamente por agentes externos, en este caso por la figura docente.

Por otra parte, el sistema educativo es considerado excluyente por sí mismo, ya que "encasillas" a las personas en función de una nota numérica y de la obtención de una titulación académica. Se considera a sí mismo, que este modelo de evaluación fomenta el individualismo y la competitividad entre el alumnado en detrimento de otros valores como la cooperación. Además, a pesar de que el ritmo de aprendizaje de cada individuo es diferente, el sistema marca unos tiempos estándar para todos/as. 

En contraposición, encontramos una visión del proceso educativo basado en la acción, es decir, en el aprendizaje a través del juego, de la creación, de la manipulación, de la interacción... donde el educador actúa como guía, fomentando la autonomía, la espontaneidad y la creatividad de sus alumnos/as desde una relación basada en el afecto. 

En mi opinión, la educación escolar ha de ser principalmente liberadora (Freire). Fomentar la reflexión, la capacidad crítica y la toma de decisiones del alumnado a través de una relación dialógica entre el educador y el educando. Facilitar herramientas que permitan el desarrollo autónomo del individuo y la toma de conciencia, tanto de sí mismo como de la realidad que le rodea. Generar aprendizajes significativos, basados en la comprensión de los contenidos, que despierten el interés y la curiosidad. Otorgar un papel protagonista a la educación emocional. 

¿Demasiado utópico?



Puedes ver el documental en www.educacionprohibida.com.



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