Mejorar la formación y valoración social del profesorado

Artículo. "Los niños oyen por primera vez no en el cole" 

El artículo objeto de reflexión nos presenta una familia con tres generaciones de mujeres docentes, las cuales aportan su opinión acerca del sistema educativo actual y el papel que cumple dentro de este la figura del profesor. La abuela y la madre afirman que los contenidos curriculares son menos extensos que hace unos años atrás, mientras que las herramientas de acceso a  los mismos han aumentado, en detrimento del aprendizaje memorístico. Sin embargo, la abuela recalca que el conocimiento de ciertos saberes culturales no debería perderse, puesto que estos permiten la interacción de los individuos. “La cultura es lo que te queda en la memoria”, afirma. Asimismo, reconocen que la figura del profesor está perdiendo autoridad en las aulas y resaltan la falta de autonomía del alumnado. Por otro lado, ambas mujeres consideran que el cambio continuo de las leyes educativas es negativo para el propio sistema y a su vez deliberan acerca de cómo una mayor criba en el proceso de acceso al grado de magisterio podría ser positiva. Por último, coinciden en valorar el sistema educativo con una nota significativamente más baja que con la que puntúan a los y las docentes.

Tras debatir grupalmente acerca de la formación y valoración social del profesorado consideramos que los y las docentes  reciben una buena formación en cuanto a contenidos curriculares, además de reciclarse continuamente, pero tienen dificultades para expresar su excelencia como educadores/as debido a la rigidez del sistema educativo. Esto dificulta a su vez el desarrollo de la creatividad tanto del profesorado como del alumnado. 

Por otro lado, creemos que sería positivo que se apostara por la formación del profesorado en habilidades sociales, ya que esto facilitaría la creación de un clima de confianza en el aula, el aprendizaje de estrategias para la resolución de conflictos o la mejora de la interacción en el aula, por ejemplo.  Por último, en nuestra opinión, el reconocimiento social de la figura del docente se encuentra en decadencia, con una progresiva pérdida de autoridad como máximo responsable de la educación.

Como aportación personal, destacar que a mi parecer, la inteligencia emocional es uno de los grandes retos que aún tiene que conquistar el sistema educativo. La capacidad de gestionar las emociones, el desarrollo de la tolerancia a la frustración o la comunicación empática entre iguales son aspectos menos contemplados en las aulas que, sin embargo, a mi parecer son esenciales para la convivencia social. 

Por ello, trabajar estas cuestiones en la escuela podría repercutir en una mejor del rendimiento académico del alumnado, aumentar su satisfacción y otorgarle herramientas que a su vez, resultarán útiles en su vida adulta. La puesta en marcha de métodos de enseñanza participativas, como los grupos de trabajo cooperativo o interactivo, podrían reforzar estos aspectos. Asimismo, el contacto directo y participativo con la realidad que se está conociendo,  a partir de la participación en la comunidad y viceversa, podría contribuir a reflejar una imagen más clara del mundo para el que se está formando a los y las estudiantes. En este sentido, el aprendizaje servicio podría ser por ejemplo un método a contemplar. 

By Alba, Silvia, Sofía, Victor, Saúl y Andrea



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